Recientemente y gracias al desarrollo tecnológico, tenemos acceso a mucha más información de la que podemos imaginar y consultar, a simple vista esto puede ser sumamente positivo, sin embargo, cuando se trata de enfermedades, trastornos o afecciones, el cúmulo de información puede jugar en nuestra contra.
Por ejemplo, si observamos comportamientos en nuestros hijos que nos llaman la atención, nuestro instinto es “correr” a realizar una búsqueda al celular más cercano encontrando tanta información que es difícil de gestionar.

En lo que respecta al autismo, se considera positivo y necesario familiarizarnos con la información, sobre todo, por que esto ayuda a crear conciencia alrededor del tema.
Sin embargo, muchas familias nos comparten que ante la preocupación, realizan múltiples búsquedas que les sitúan debajo de una avalancha de información que incluye características, síntomas, diagnósticos, conductas, medicamentos, terapias, neurólogos, investigaciones, pruebas, etc. etc.; datos que aparecen en forma de sitios web, foros de opinión, videos cortos, videos largos, conferencias, libros, entre otros; este ejercicio lo único que provoca es llenarnos de angustia, de dudas y comúnmente ¡nos paraliza!
¿Qué sugerencias te hacemos?
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Ante cualquier duda, haz una cita con especialistas del desarrollo infantil; tener una opinión y una guía profesional te va a permitir centrarte en las necesidades propias de tu hijo/a.
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Observa de cerca a tu hijo/a, cuando asistas a consulta haremos preguntas para tener datos relevantes y conclusivos, así que si es necesario llévalos por escrito.
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Apégate a las recomendaciones que hacen los profesionales, aunque no sean las que tú has leído que les funcionan a otros, confía en el proceso e intenta.
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¡Aléjate del celular! (o algo menos drástico), no necesariamente debes permanecer lejos de la información, lo que sí recomendamos es que revises la confiabilidad de las fuentes que consultaste y recuerdes que toda niña y niño es diferente, por lo que es imposible que una estrategia funcione (como magia) para todos.
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Intenta dejar la angustia a un lado, si ya estás tomando cartas en el asunto, lo que sigue es implementar las estrategias para las necesidades de tu hijo/a, y la preocupación puede nublar la objetividad de estas, ¡confía en que estás haciendo un muy buen trabajo!
Finalmente, aquí dejamos una lista de signos que requieren la supervisión de un especialista, acércate a un profesional si tu hijo/a:
- Ha aprendido habilidades con mayor lentitud que el resto de las niñas y los niños de su edad.
- Se mueve con torpeza.
- Tiene dificultades para dormir.
- Juega de forma inusual.
- Parece no comprender palabras y/o se comunica poco.
- Realiza conductas que llamen tu atención.
